viernes, 4 de junio de 2010

Artículo publicado en EL MEXIQUENSE

Antes de empezar a escribir todos nos enfrentamos a un proceso deliberativo, para saber cuál sería el tema idóneo a compartir con quien nos favorece con su lectura, por eso a partir de este escrito me he propuesto escribir de forma continua y concisa sobre los diversos temas de interés, los cuales espero sean de su agrado.

Así entonces primeramente me permito felicitar a mi amigo y Director del único medio informativo real del Valle de México, Licenciado Juan Manuel Padrón Lara, ello al tiempo de agradecerle por la magnifica oportunidad de escribir en esta empresa que tan dignamente ha encabezado por ya diez años.

La Familia:

Esta primera entrega quiero dedicarla a la célula social, ha la creadora de la sociedad y para mi la más importante empresa que cada ser humano en algún momento de su vida debe iniciar, consolidar y engrandecer, la familia.

Los que saben dicen que la sociedad es reflejo de las familias que la conforman, partiendo de que cada uno de los integrantes, de ésta son los que forjan aquella, empero hoy en día vemos y oímos a cada, hora, minuto y segundo, noticias, notas chismes, rumores e informaciones, sobre la descomposición social, pareciera que avanzáramos a un Apocalipsis socialmente hablando donde nos desensibilizamos ante los diferentes acontecimientos que vivimos, lo cual nos orilla a preguntarnos ¿es cierto? Nos desvalorizamos a tal grado de qué ya poco nos importa, seguramente todos alguna vez escuchamos que los tiempos pasados fueron mejores, que no existían los problemas y crímenes que hoy en día sabemos y observamos, de los que incluso somos víctimas, y nos vemos forzados a preguntarnos ¿qué ha pasado? ¿cómo llegamos a esto?.

Primeramente me gustaría expresar que si bien es cierto la sociedad mexicana ha sufrido un proceso de descomposición, el mismo se ha fraguado a lo largo de una serie de errores tanto los seres humanos como del Estado (gobierno), sin embargo sería absurdo pensar que sólo es responsabilidad de este último, como también pretender restarle su indiscutible participación en este problema; empero, como integrante de la sociedad civil, debo priorizar lo concerniente al papel que como parte del Estado (población) tenemos; la mexicana es una sociedad que ha ido evolucionando, al igual que la mundial, con la diferencia de oportunidades que cada quien puede y debe forjarse, siendo esto realmente imposible cuando existe una distribución tan in equitativa de la riqueza, empero, debemos también reflexionar en las familias que pensamos construir a partir de la decisión de emprender dicho sendero, por ello considero que para salvar a nuestra sociedad es primordial replantearnos los valores que debemos de seguir, si buscamos una mejora social, debemos ir mejorando día a día nosotros, en la lucha por convertirnos en personas de provecho y de bien y por ende integrantes de la sociedad.

Ahora bien, se debe priorizar el importantísimo papel de la familia, como componente social, si partimos de que esta es su célula, desafortunadamente el avance de la Ley pudiera verse como un elemento que ha minado la integración familiar, cuando debería ser todo lo contrario, veamos por ejemplo el caso del divorcio, ciertamente ha aumentado considerablemente el número de disoluciones matrimoniales, pero esto ¿a qué se debe? a la facilitación qué hace el legislador del divorcio o a los errores que se cometen al elegir pareja, la sociedad no se descompone por los divorcios o por las relaciones de pareja de facto, se deteriora por la irresponsabilidad y falta de compromiso que externamos al llevar estas prácticas. Los niños del hoy, serán los adultos del mañana, si ellos conciben que es muy fácil deshacer compromisos y obligaciones, luego entonces que pueden con dicho ejemplo hacer en su vida futura.

Esto no debe entenderse como una crítica o juicio de valor, sino, por el contrario esto solo es una invitación a la reflexión de las ideas como trataré de hacerlo en cada oportunidad que tenga de poder colaborar en MEXIQUENSE.

Les envió un saludo y hasta la próxima.


Ulises Fabián Galván Arzamendi.

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