miércoles, 15 de junio de 2011

Colaboración

Y cuando nos despertamos aún estaba ahí, a once años de aquel dos de julio del año dos mil en que el PRI perdió las elecciones presidenciales el partido más importante de México aún esta vivo y más consolidado que nunca.

Han transcurrido once años de aquel domingo de julio, y hoy se escuchan cada vez más voces decir que el PRI es la mejor opción para gobernar el país, gentes verdaderamente creyentes de que éste puede significar una mejora sustancial en su forma de vida y en la de sus familias, muchas de las personas que habrán de sufragar para elegir a un nuevo mandatario en este próximo proceso electoral no convivieron de cerca con el sistema priista más aún muchos de ellos no conocen la historia moderna del país y por ende no saben lo que para éste significo aquel partido, ven en él una opción renovada y alternativa de gobierno, sin considerar siquiera que aquél es el que siempre ha sido que aún aunque ha existido un leve relevo generacional, obvio por cuestiones biológicas más que por gusto, el PRI es el mismo que siempre ha sido y será.

Es en verdad preocupante la idea, de voltear al pasado pensando que eso constituirá un mejor futuro, en verdad no me puedo imaginar al pueblo Chileno buscando a Augusto Pinochet, en pro de una mejora en sus condiciones de vida; a los Argentinos añorando las dictaduras militares en búsqueda de un estado de seguridad; a Alemania tratando de revivir el Partido Nazi en busca de una identidad nacional; hoy México peligrosamente busca en el pasado una esperanza como nación.

Vale aquí acotar, que las otras opciones partidistas, poco o nada han hecho para que no busquemos en el pasado, los panistas son el más claro ejemplo de lo que significa la ambición de poder, han buscado el poder a costa de todo incluso de sus propios ideales, los perredistas siguen siendo lo que siempre fueron desde su origen un grupo de expriistas resentidos con hambre de poder, no se entiende como ha tantos años de distancia la “izquierda” no ha sido capaz de posicionar a un hombre verdaderamente forjado en ella, hoy las figuras de la izquierda mexicana, son aquellos personajes del más viejo y antidemocrático PRI.

En México han cambiado quizá las formas en la política pero no el fondo, desde hace muchos años hacer política dejo de ser la lucha del poder por el bien común, el arte de gobernar, sólo ha sido un mecanismo de acceso al poder alejado de cualquier tipo de valores o moral, la política mexicana ha traicionado la tradición política, sólo sirve para servirse y no es un medio de servir a la gente, en esto es en lo que si son coincidentes los tres “grandes” partidos nacionales, siendo claro que ha fracasado el sistema político. Sistema que no puede cambiarse si la sociedad sigue dejando a la clase política en sus manos esos cambios. Es justo decir que los políticos de una sociedad, son su fiel reflejo, muchos nos empeñamos en pensar que nosotros los ciudadanos de a pie no somos iguales a nuestros representantes, sin embargo debe decirse que esos políticos no son seres extra terrenales, son igual que nosotros mexicanos ¿qué es lo que pasa entonces? No me atrevería a pretender responder aquí esa pregunta, sólo diré que como sociedad hemos sido un tanto cuanto irresponsables, alegando poco conocimiento o falta de tiempo, no nos hemos involucrado con nuestro entorno y hemos sido comodinos en dejar en manos de otros las decisiones y vida de las cosas públicas.

Para este proceso electoral del año dos mil doce tenemos que prepararnos y buscar lo que realmente puede significar una cambio en nuestras vidas, repasar la historia verificar lo que nos dicen, no dejarnos deslumbrar y pugnar porque los representantes sean del partido que sean sirvan como representantes sociales y no sean parte del botín que tristemente se ha significado el poder público.

Hasta luego.